Dos años y un mes. 770 días. 18.480
horas. 1.108.800 minutos. 66.528.000 segundos. Todo eso para estar
con las personas a las que más quiero en el mundo.
Los más escépticos pensarán que
exagero. Es decir, dirán, no se puede coger cariño a alguien que
conoces de Internet. Pero se equivocan. No tienen ni idea. Y es que,
aunque sea por Twitter o por Whatsapp nunca podría haber imaginado
un grupo de amigos mejor. Y es eso, amigos. Una palabra tan corta y
tan llena de sentimientos, ¿verdad? Pues con ellos cobra sentido esa
palabra como nunca podría haber imaginado.
Todo empezó hace un año. Ya hacía un
tiempo que tenía el blog, pero decidí abrirme a otras redes. Y me
abrí Twitter (es paradójico que una decisión que en aquel entonces
me pareció tan trivial y banal me haya trastocado tanto). Ahí se
podía decir que empezó todo.
A la primera persona a la que conocí
fue a Jon. Me parecía un chico bastante simpático y bueno, lo de
“¡Soy un solete!” me llamó bastante la atención. Así que le
seguí. Y al poco empecé a hablarle. Y bueno, qué puedo decir de
esos tiempos. Él me puso el apodo de pepino, me ayudó con mis
problemas y poco a poco pasó a convertirse en un gran amigo. Nunca
estamos de acuerdo en nada, pero eso es lo que hace divertido que
seamos amigos. Ahora, gracias en parte a él, soy quien soy ahora y,
aunque él opine lo contrario, es un pilar fundamental en mi vida y
nunca me cansaré de agradecerle todo lo que ha hecho por mí, pese a
que muchas veces no se dé cuenta. Gracias, calabacín (sé que odias
los motes pero este ya no te lo quitas ni con agua caliente, querido)
Después, casi al mismo tiempo, conocí
a la ZORRA persona más
alucinante del mundo: Sandra. La
verdad, no sé quien empezó a seguir a quien, pero no es lo que
importa. A día de hoy, es una gran amiga. De esas a las que quieres
estar achuchando y abrazando constantemente. Puedes confiar en ella,
lo sabes, aunque no sabes la razón. Te escucha, te aconseja. Te hace
reír, aunque quizás no fuera su intención. A amigas como ellas hay
que valorarlas y creedme, lo hago y lo haré
Gracias
al elementillo ya mencionado conocí a mi pirata, Ali y a Pablín. Mi
beatlemaníaca y el bruto más bruto del universo favoritos. Si bien
no los conozco desde hace mucho, les he cogido mucho cariño. Cuando
vaya a Madrid se llevarán uno de esos achuchones que dejan marca,
eso seguro.
Después tengo a
Mario. Bueno...Mario. Mario, Perro Guetta, el Director de la Banda
del Patio, Lentejador, etc. ¡La de tríos que habremos montado! Pero
oye, que lo digo con cariño -como lo de “voy a plantar un Mario y
derivados- ¡Y me debes un abrazo de esos que rompen costillas! No se
me olvidará.
A Laura la
conocí a la par de Sandra. Y es gracioso, porque a los diez minutos
apenas de conocerla ya tenía apodo. Chica Cuacosa. Y desde entonces
-hace casi un año- sigue con el mismo apodo. Es mi Mérida favorita,
más genial que la original y mucho más divertida. Mi patito (Bueno,
de Sergio. Pero eso se puede discutir)
También
doy gracias por conocer a Nad y a Ruth: Nad, o Lizzie Bennet, con la
que el primer día de conocernos empecé a fangirlear porque sus
películas favoritas son también las mías. Y Ruth, la adorable
Ruth, a la que a pesar de
que hace poco que la conozco, ya le he cogido un cariño tremendo.
Me dejo en el
tintero a más gente: Aby, Pablo, Sammy, Sergio y Clary (alias Ruby
Sparks). A ellos no les conozco mucho. Pero no importa. Son de las
orgías, nuestro gran grupo, y tenemos mucho camino por delante para
hacerlo.
Y ahora me toca
a mí. No, no me voy a describir. Pero os diré una cosa sobre mí:
Creo en el destino. Algo o alguien, no sé ni por qué ni cómo, puso
a estas maravillosas personas en mi camino. Si están es por algo, así que sé que esto es solo
un principio. Aún queda mucho por recorrer, más experiencias y más
risas.
Y lo haremos
juntos.
Written by Raquel, terminado las 22:02 del 13/08/13
Written by Raquel, terminado las 22:02 del 13/08/13
No me hagáia llorar T_________T
ResponderEliminar